Iter incipitur


 Salvete sodales!! Mihi nomen est Iohannes vel Juan, hispanice modo. Natus sum 30 annos et Pucelam habito, autem non natus sum hic sed Gadibus. Nam Gaditanus sum. Scholas frequentavit non modo de lingua latina et antiqua lingua graeca sed etiam hodierna lingua graeca Gadibus et Graecia. Nunc cognoscis mihi melior quod antea nam possumus loqui de libro quo ego sibi commendo. Sed nunc loquemur hispanice.

El libro que recomiendo se llama "La extraña odisea: Confesiones de un filólogo clásico" de Carlos Martínez Aguirre. Esta obra que, a pesar de ser autopublicada, ya va por una segunda edición de la mano de la editorial Círculo Rojo y distribuido por la librería Aúrea debería ser leída por todo filólogo clásico que pretenda, o no, enseñar estas lenguas.

Se trata de una autobiografía del propio autor donde nos relata, en sus primeros capítulos, sus andanzas e impresiones del sistema educativo. Pero el verdadero valor de ésta reside en la reflexión que hace de los métodos para la enseñanza de las lenguas clásicas que se va desgranando a medida que avanzamos en la historia. ¿Se debe seguir enseñando latín y griego clásico a golpe de diccionario? ¿Cómo es posible afirmar que un filólogo clásico domina estos idiomas si es incapaz de traducir dos líneas seguidas sin usar diccionario?

Estas son algunas de las preguntas que nos plantea Martínez Aguirre para posicionarse a favor de la enseñanza de estas lenguas de la misma manera que un estudi ante aprende inglés, francés o incluso  chino. 

En otras palabras usando estas de lenguas de un modo activo.

Como filólogo clásico y, espero, futuro profesor subrayo cada palabra de esta obra pues yo mismo pude comprobar gracias a mis profesores de bachillerato que latín y griego se pueden y se deben dar "modo vivo", que diríamos en latín con el fin de alcanzar las competencias y habilidades que se les presupone a filólogos de otras lenguas.


Comentarios

  1. ¡Hola, Juan!

    En primer lugar quiero decirte que estoy fascinada con la presentación . Aunque soy filóloga clásica igual que tú, confieso que sería incapaz de redactar una introducción así (o al menos no así de bien).
    En cuanto a la forma de enseñar estas dos maravillosas lenguas, estoy totalmente de acuerdo contigo en que deberían enseñarse, como dices, como el inglés, el francés o cualquier otro idioma (sin olvidarnos tampoco de la gramática, por supuesto). Tomo nota de la lectura que nos propones, que seguro será muy enriquecedora.

    ¡Un abrazo!

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  2. Madre mía qué fuerza tiene esta introducción. Lo mismo que Tábatha, estoy totalmente de acuerdo contigo en lo que dices sobre cómo enseñar latín y griego.
    ¡Un abrazo!

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